viernes, 12 de agosto de 2011

CARTAS A NUESTROS ALUMNOS MAYORES


Compartimos a continuación dos cartas muy motivadoras que nuestro Rector el Lic. Ricardo Moscato escribió para los Alumnos Mayores del Colegio de 4° y 5° año. Para volver a hacer presente nuestra intencionalidad educativa, el perfil deseado de nuestros alumnos pero encarnado en este tiempo. Para renovar la esperanza de la juventud que nace y se proyecta en el mundo.

¡Muchas gracias Ricardo!


Agosto 2011

I

Queridos chicos de Cuarto año:

Estamos comenzando la segunda y ultima parte de Cuarto año que finalizará en unos 84 días hábiles. En unos meses más estarán en Quinto año cursando el Plan PRE universitario. Se aproximan decisiones importantes: elegir una carrera universitaria, una profesión, un proyecto de vida. ¿Cómo se están preparando? ¿Y nosotros como colegio, como los estamos ayudando a prepararse? Sí, ustedes tienen tiempo. Pero no alcanza. El tiempo no crece por sí mismo. Y a veces puede retroceder, volverse en contra, ser el tiempo del vacío existencial, de la frustración y del desánimo. Los invito a seguir “sembrando” futuro en el tiempo. Esto es aprender, aprender siempre, aprender con y para otros. Salir de sí mismos, ampliar la mirada, superarse combatiendo la mediocridad “comodona”, ese lento y persistente “dejarse estar” que termina muchas veces en “la corrosión del futuro”.

Ustedes, gracias a Dios y a sus padres, están ejerciendo el “derecho a la educación”, un derecho universal y “llave” que abre todos los demás derechos. Saben que otros jóvenes como ustedes no pueden ejercerlo. Están fuera de las escuelas y muchos, estando dentro, no aprenden nada, o muy poco. Por eso para ustedes este derecho es también un deber ¿lo asumen con responsabilidad y alegría? ¿Aprenderán de estos once años de escolaridad estudiando mejor y más profundamente en esta última parte de Cuarto y en nuestro Quinto PRE universitario? ¿Se animan a decirle que no a las ofertas adictivas y consumistas que los distraen, desorientan y que les hace daño?

Los desafiamos a “conquistar” las nuevas fronteras de un estudio más exigente, profundo y responsable. La frontera de un ejercicio más pleno del derecho y el deber de educarse con y para los demás. La frontera de una solidaridad inteligente y comprometida con los más excluidos de nuestra sociedad. La frontera de una religiosidad más profunda y auténtica que les permita preguntarse ante las decisiones vocacionales ¿cómo decido desde el Jesús que estoy aprendiendo a conocer y amar ¿en qué sentido es “mi” Salvador, mi Maestro interior?

Benedicto XVI dice en su encíclica CARITAS IN VERITATE que la caridad no excluye el saber, más bien lo exige, lo promueve desde dentro. Sin el saber el hacer es ciego y el saber es estéril sin el amor. “Existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor”. Los desafío a encontrar, como personas y como grupo de la 144, confiados en Dios, con la ayuda de sus padres, tutores y profesores esta síntesis de saber y amor en el propio corazón: un motivo para aprender, un motivo para vivir, llenando de “futuro” el tiempo de la juventud.

Ricardo

II

Queridos Chicos de la 143:

Sí. "El aula es tan importante como la cancha". No lo digo yo, lo expresa Carles Folguera, el Director de La Masia, la escuela de futbol del Barcelona donde se formaron Messi, Iniesta y Xavi entre otros. Y agrega: "apostamos por una educación integral, pautada y que fomente el vínculo afectivo. Formamos personas que puedan ser futbolistas". Como ven la pasión por por educar y educarse no esta peleada con los proyectos en serio que tienen éxito sin renunciar a sus ideales y a un camino educativo.

Sí el aula, el aprendizaje, en esta ultima parte de Quinto año es tan importante como "las canchas" en que ustedes viven y se divierten.

Sí, es importante prepararse que darle "futuro" al tiempo. Ustedes como son jóvenes tienen tiempo. Pero si no se preparan no tendrán futuro y el tiempo será el tiempo del desánimo, de la frustración del vacío existencial y, Dios no lo quiera, de la propia autodestrucción.

Por eso creo interpretar a Fefo y Esteban, a Jorge y todos sus profesores cuando les pido que no aflojen. Que en estos días preparan sus materias de la primera parte con más dedicación que nunca. Y que el 8 de Agosto comencemos una segunda y última parte de Quinto año con más ánimo, responsabilidad, estudio y amistad que en la primera.

Nosotros como colegio jesuita "formamos personas" que puedan ser muy buenos ciudadanos y profesionales A la mayor Gloria de Dios (AMDG) en "el aula" y en "la cancha.

Por último, un deseo para esta última parte del colegio en palabras de Jerónimo Nadal, compañero de San Ignacio:

"Ignacio seguía al Espíritu, no se le adelantaba. De este modo era conducido con suavidad hacia donde no sabía... Poco a poco se le abría el camino y lo iba reconociendo. Sabiamente ignorante, puesto sencillamente su corazón en Cristo".

Les deseo que se dejen conducir suavemente reconociendo como se les abre el camino y en una sociedad de riesgos e incertidumbres, formarse, aprender, ayudar a otros, y poner sencillamente el corazón en Cristo, nuestro Señor y amigo. Un abrazo,

Ricardo

sábado, 6 de agosto de 2011

IGNACIO INTEGRADOR


Integración es quizás hoy lo que el mundo más necesita. Apostar a lo que nos une, a pesar de ser tan distintos, y deshacernos de aquello que nos divide. Buscamos demasiado parecernos a modelos de pantalla, y no vemos qué complementarios podemos llegar a ser entre nosotros. Para llevar adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra misión de educadores, hoy más que nunca tenemos que mirarnos amorosamente y reconciliar las partes que parecen opuestas pero que en realidad son las que están llamadas a integrarse en lo que le falta a cada uno. Vamos entonces por más integración y más realismo. Es parte de nuestra naturaleza.

Bello artículo.

¡Muchas gracias Estela y P. Agustín!


IGNACIO INTEGRADOR

“Ignacio es un hombre eminentemente integrador, como pocos”, decía un maestro ya fallecido, el P. Jesús Corella SJ, celebrando una sabiduría espiritual construida sobre la integración de aparentes opuestos que resultan ser complementarios. Desde la Buena Noticia que trae Jesús, nuestra fe vive integrando paradojas: los últimos serán los primeros, de la escasez surge la abundancia, los pobres son los preferidos del Reino, y para evolucionar hay que ser como niños. También en los comienzos de la Iglesia hubo un Papa, San Clemente de Roma, que ya señalaba el camino de la integración: Preguntado el Señor mismo, por alguno, sobre cuándo vendría su Reino, contestó: Cuando el dos sea uno, y lo de fuera como lo de dentro, y lo masculino [integre y respete] como lo femenino. Con estos opuestos enseñaba las virtudes de la integridad, la transparencia y la castidad.

Desde Loyola hasta su último tiempo en Roma, Ignacio vivió integradamente las paradojas humanas y espirituales. En el comienzo mismo de los Ejercicios Espirituales, cuando nos pone ante vida larga y vida corta, salud y enfermedad, riqueza y pobreza, honor y deshonor (EE 23). Ignacio es un contemplativo de la creación que está llena de opuestos: cielo y tierra, luz y oscuridad, varón y mujer, sístole y diástole, intimidad y alteridad, y muchas más, quizá haciéndose eco de aquella frase del Eclesiástico: Todas las cosas van en pareja, una frente a otra, y El no ha hecho nada incompleto: una cosa asegura el bien de la otra. ¿Quién se saciará de ver su gloria? (Eclo 42, 24-25)

El legado de Ignacio es como una danza que integra gracia y libertad, peregrinar y permanencia, ternura y firmeza, contemplación y acción, complejidad y simplicidad, lo universal y lo particular. Es toda apertura al Espíritu, dejando obrar “inmediate” al Creador con su creatura (EE 15), y toda vigilancia para “que se hagan todas las diez adiciones con mucho cuidado” (EE 130). Según Nadal, Ignacio “era conducido con suavidad adonde no sabía”, pero examinaba su conciencia cada hora, como narra el Memorial de González de Cámara. Contempla a la Trinidad “en su solio real o trono de la su divina majestad”, sin olvidar “la casa y aposentos de Nuestra Señora” (EE 103, 106). Las Constituciones de los jesuitas comienzan invocando “la suma sapiencia y bondad de Dios nuestro Creador y Señor” (C 134), y finalizan con un detalle doméstico: que “las casas y colegios se tengan en lugares sanos y de buen aire” (C 827). Para el peregrino, Dios «es mayor que la cosa mayor del mundo, sin embargo le podemos hallar en la cosa más pequeña», como reza el elogio sepulcral del primer centenario de la fundación de la Compañía. El “magis” que caracteriza su espiritualidad recibe eintegra “todas las cosas creadas” (EE 23) como medios para ir a Dios. Por eso rechaza cualquier angelismo alienante que quiera dar la espalda a las realidades humanas.

Estela Clara Grignola C.J.
P. Agustín Rivarola S.J.