Lic. Ignacio Iturralde
Durante los encuentros de los martes 9 y 16 de octubre se
presentó, entre mates y medialunas, el Aula Digital Exo. Conocido en los
pasillos del colegio como “el carrito”, el aula digital consiste en un equipo
de 30 netbooks, conectados en red mediante el software “E-learning Class”[1], administrado por el
docente desde una laptop. Una característica muy importante de este nuevo
recurso es su movilidad, mediante un mueble diseñado a medida (el antedicho
“carrito”), que podemos llevar a cualquier lugar del colegio. Y esto impacta en
la dinámica escolar cambiando la “ecología del aula” para nuestros “nativos
digitales”. Ya no hace falta que el alumno se traslade a la sala de
informática: es la tecnología la que “va” al alumno, a su espacio de estudio
cotidiano, a su propio banco. Las TIC pueden sumarse entonces a las tareas del
aula como una herramienta (cognitiva) más, para potenciar los aprendizajes,
siempre según el proyecto pedagógico que define el docente.
La
propuesta de trabajo de estos dos mates pedagógicos fue un taller de práctica. Se
intentó por ensayo y error un acercamiento lo más experiencial posible a esta nueva
herramienta didáctica. A través de una simulación de clase las maestras asumían
el rol del alumno, cada una trabajando con una netbook. Se probaron distintas
situaciones, de menor o mayor complejidad técnico/didáctica, ya sea con el
software o el hardware, ponderando el manejo de los tiempos, la conveniencia
del uso del aula digital según las actividades a realizar, etc. Por ejemplo:
-se
probó la instalación “física” del aula digital (enchufes, conexión wifi, etc.),
-se revisaron distintas aplicaciones del
software (monitoreo, envío de archivos, demostraciones, apagado remoto de las
netbooks),
-se compartió una secuencia didáctica que
implicaba la elaboración de mapas conceptuales a partir del software CMapTools,
instalado en las netbooks, que concluía con su entrega a un buzón en la
Plataforma del colegio.
Estos
dos encuentros, bajo un clima de trabajo distendido y de compañerismo, nos
permitieron apreciar la potencialidad del aula digital. Pero sobre todo nos
desafiaron a recuperar la centralidad del acto educativo, que puede ser
potenciado pero nunca reemplazado por las nuevas tecnologías. Por ello sería
estéril plantear una capacitación enfocada sistemáticamente sobre cada función
del aula digital. Resulta más fértil pensar primero un proyecto educativo y
evaluar luego, según el “tanto cuanto” ignaciano, la conveniencia de sumarle el
aula digital. Y ver entonces qué herramientas del aula digital nos servirán
según nuestras necesidades específicas de enseñanza, los contenidos que se
abordarán, los tiempos disponibles, etc. Solo de esta manera, planificando un
uso intencional del aula digital, podremos sumar sentido a los procesos de
enseñanza y aprendizaje, volverlos más significativos e integrales para
nuestros alumnos, los “nativos digitales”. Ya sea como entorno de trabajo
colaborativo, como oportunidad para trabajar lo multimedia o ampliar las
fronteras del aula, como herramienta de trabajo desde la cual el alumno elabora
un producto para “cerrar” la clase, o según el límite de nuestra creatividad
docente.
[1] Según el sitio de Exo (www.exo.com.ar ) "Esta
aplicación permite brindar apoyo a los alumnos desde la máquina del docente,
posibilitando el monitoreo, control remoto de los equipos, distribuir archivos,
creación, corrección y análisis de evaluaciones, chat, demostración del alumno,
grupos de trabajo, configuración y apagado de todas las Exomates en forma
remota. Es una herramienta que ayuda al docente a controlar una clase digital,
generando un ambiente de colaboración e interacción con los alumnos”
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