miércoles, 11 de abril de 2012

MATES PEDAGÓGICOS 2012

A partir del martes 17 de abril a partir de las 7.15 hs. comenzaremos el 2do. año de Encuentros Pedagógicos en el marco de los aportes personales, las actualizaciones didácticas, las diferentes miradas,y las nuevas tecnologías que hacen a la educación de nuestros alumnos. Este año el eje estará en torno a los elementos que hacen a la Pedagogía Ignaciana,que incluirá los aportes de las nuevas corrientes que se puedan alinear en ella. Abordaremos también las formas de enseñar desde las nuevas Tecnologías, tratando de modelizar con ejemplos concretos didácticas acordes a los tiempos actuales. Quiero agradecer el fructífero primer año, a todos los que lo hicieron posible e invitarlos nuevamente a apostar a enseñar con pasión para que nuestros chicos gusten lo que aprenden y para sembrar en ellos virtud y letras. En esta Octava de Pascua, el P. Agustín Rivarola, Director de Pastoral, nos invita a la lectura de este texto profundo y esperanzado. Quizás nos reconozcamos en alguno de los párrafos. ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

 MISTERIO DE ESPERANZA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, ECLESALIA,04/04/12.-

Creer en el Resucitado es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús resucitado por Dios, intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de vida, de justicia y de paz que se encierra en el corazón de la Humanidad y en la creación entera.

Creer en el Resucitado es rebelarnos con todas nuestras fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, humillación y sufrimientos, queden olvidados para siempre.

Creer en el Resucitado es confiar en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar.  Por fin podremos ver a los que duermen en la calle llegar a su verdadera patria.

Creer en el Resucitado es acercarnos con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión, cansadas de vivir y de luchar.  Un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total.  Escucharán las palabras del Padre: “Entra para siempre en el gozo de tu Señor”.

Creer en el Resucitado es no resignarnos a que Dios sea para siempre un “Dios oculto” del que no podamos conocer su mirada, su ternura y sus abrazos. Lo encontraremos encarnado para siempre gloriosamente en Jesús.

Creer en el Resucitado es confiar en que nuestros esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no se perderán en el vacío.  Un día feliz, los últimos serán los primeros y los olvidados nos precederán en el Reino.

Creer en el Resucitado es saber que todo lo que aquí ha quedado a medias, lo que no ha podido ser, lo que hemos estropeado con nuestra torpeza o nuestro pecado, todo alcanzará en Dios su plenitud.  Nada se perderá de lo que hemos vivido con amor o a lo que hemos renunciado por amor.

Creer en el Resucitado es esperar que las horas alegres y las experiencias amargas, las “huellas” que hemos dejado en las personas y en las cosas, lo que hemos construido o hemos disfrutado generosamente, quedará transfigurado.  Ya no conoceremos la amistad que termina, la fiesta que se acaba ni la despedida que entristece.  Dios será todo en todos.

Creer en el Resucitado es creer que un día escucharemos estas increíbles palabras que el libro del Apocalipsis pone en boca de Dios: “Yo soy el origen y el final de todo. Al que tenga sed, yo le daré gratis del manantial del agua de la vida”.  Ya no habrá muerte ni habrá llanto, no habrá gritos ni fatigas porque todo eso habrá pasado.

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